¿Cuándo puedo conducir después de una operación de cadera?

Son muchas las personas que después de haber pasado por una operación de cadera se preguntan cuándo podrán volver a conducir. Tras una intervención quirúrgica es bastante recurrente el pensamiento o deseo de poder moverse de manera autónoma, no solo caminando sino también conduciendo un coche.

Aunque el alta hospitalaria suele producirse por lo general a los 5 días de la operación, volver a conducir puede demorarse una media de seis semanas. Esta recuperación está sujeta, como con cualquier intervención, a la edad y características de cada paciente. Existen muchos factores que pueden influir en esta vuelta a la normalidad, como son por ejemplo el estado de las articulaciones y músculos de casa persona o la actividad física que lleve a cabo.

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Después de una operación de prótesis de cadera, ¿cuándo se puede conducir?

Se calcula que para una buena recuperación son necesarias al menos seis semanas, de forma que la persona que haya sido intervenida pueda volver a la normalidad. Existen algunas precauciones que deben tenerse en cuenta, como el hecho de no realizar grandes esfuerzos, acarrear pesos importantes o no realizar actividades que puedan someter a nuestra cadera a algún tipo de golpe.

Puesto que conducir no reúne (a priori) ninguna de estas características, una persona operada con una prótesis de cadera podría estar conduciendo de nuevo en seis semanas, de forma totalmente segura.

Ahora bien, a continuación te dejamos algunas cuestiones que deberías tener en cuenta para cuando vuelvas a conducir:

  • Lo más importante: no conduzcas hasta que el médico te lo autorice. Es importante que no estés tomando algún medicamento que pueda afectar a tus capacidades o reducir los reflejos al conducir.
  • Las primeras veces procura no conducir durante periodos superiores a 30 minutos. Haz descansos siempre que necesites.
  • Procura cuidar la postura de los pies, ni muy juntos ni muy separados. Esto puede resultar complicado dado que el acelerador y freno están a distinta distancia del embrague, pero lo recomendable son unos 15 centímetros.
  • No coloques ningún cojín en el asiento, ya que además de estar desaconsejados los asientos muy blandos para las operaciones de cadera, está prohibido conducir sobre un cojín o cualquier elemento que pueda hacer que perdamos la postura. Al no estar homologado puede suponer una multa.
  • Coloca el asiento a la altura y distancia del volante que más te convenga. Las caderas deben estar más alto que las rodillas. No te conformes con cómo lo haya dejado la persona anterior.
  • Presta especial atención al momento de sentarte y salir del coche, ya que es cuando podría ocurrir un descuido que provoque una caída. Sube y baja siempre desde el nivel de la calle, nunca desde un bordillo o acera.

Si has tenido en cuenta todos estos consejos, no deberías tener miedo a conducir. Empieza a ponerlos en práctica poco a poco y sin prisa para evitar sustos.

¿Una persona con prótesis de cadera puede sacarse el carnet de conducir?

Sí, la respuesta es clara, una persona con prótesis de cadera puede sacarse el carnet de conducir. Una operación de cadera no necesariamente impedirá que puedas hacerlo o renovar el permiso ya que, como cualquier otra operación, si el médico da el alta a un paciente operado que se ha recuperado por completo, podrá volver a su vida normal y nada habrá cambiado. ¿Es tu caso? No dudes en acudir a tu autoescuela de confianza y ponerte manos a la obra. Transmíteles tu situación para que puedan comprenderte y todo resulte más cómodo.

Sin embargo, deberás consultar con tu médico si puedes volver a conducir en caso de que la operación haya dado lugar a algún tipo de complicación. Esto podría traducirse en problemas de movilidad y por tanto, problemas para conducir. Asimismo, si la operación te ha dejado fuertes dolores que exijan la ingesta de medicamentos, deberá ser tu médico quien te autorice a conducir, ya que podrían estar afectando a tu capacidad de conducir o manejar algún tipo de maquinaria.

Conducir con artrosis de cadera: recomendaciones para una mayor comodidad

Si sufres de artrosis de cadera es muy posible que sufras los síntomas de esta dolencia a la hora de conducir. Se trata de un dolor fundamentalmente localizado en la zona de la ingle, que suele irradiarse hacia la pierna. Puesto que es una enfermedad crónica, por lo general evoluciona con el tiempo haciendo que los síntomas se acentúen y quienes lo sufren puedan tener una pérdida de movilidad o cojera.

Para prevenir estos dolores de cadera existen algunas recomendaciones generales como son tener un peso adecuado y acorde a nuestra edad, pasear con frecuencia haciendo pequeños descansos y realizar movimientos o actividades físicas que no supongan resistencia, como andar en bicicleta o nadar, entre otras.

En cuanto a la conducción, la recomendación para tener mayor comodidad reside en adoptar una postura adecuada, con la espalda bien apoyada sobre el respaldo recto, las rodillas en una postura natural y los pies en contacto con los pedales. Además, utilizar un calzado con suela gruesa absorberá más el impacto cuando camines y esto hará que no sufras de fatiga a la hora de conducir.

Dolor de cadera al conducir: posibles causas

¿Notas dolor en la cadera cuando conduces? Si es así, posiblemente esto no ocurra únicamente cuando conduces sino también en otros momentos de tú rutina diaria. Y en este sentido, posiblemente sufras de problemas de cadera que se hagan más evidentes después de permanecer durante algunas horas sobre un asiento.

Las causas habituales del dolor de cadera suelen ser una fractura (no siempre se debe a un golpe), artrosis o artritis, infecciones en los huesos o articulaciones de la zona, tendinitis y osteoporosis, entre otras.

A esto hay que sumar las causas directamente derivadas de la conducción, que pueden ser no hacer descansos después de varias horas conduciendo, hacer largas jornadas sobre un vehículo durante varios días, no tener una buena postura como, por ejemplo, con las rodillas muy por encima de la cadera, o sentarse sobre un asiento algo deteriorado o viejo, mucho más blando de lo que debería.

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